Y llegó un día en que nos dijeron que teníamos que parar. Y yo no me paré. Me acordé de una conversación con un cliente* que compartía conmigo uno de sus referentes en tiempos difíciles. Me contaba que, en una película sobre carreras de coches, el campeón veía que una carrera con accidentes le ofrecía oportunidades. No los deseaba, pero tampoco podía hacer nada por evitarlos, por tanto, seguía adelante.
Dejando aparte el drama personal que obviamente no deseamos que ocurra a nadie, la reflexión viene desde el análisis de la actitud de quien conseguía ganar la carrera: él había observado que cuando ocurría un accidente, el resto de corredores solían aflojar su velocidad. Él se concentraba en no reducir la suya y, si podía, incluso acelerar. Simplemente por efecto suma-resta, él conseguía una ventaja. Y esa ventaja le llevaba a la victoria.
*Gracias Lluís por tus conversaciones más allá de los proyectos.
No es oportunismo, es oportunidad. No es aprovecharse de las desgracias ajenas, es mirar hacia adelante, cuando dejar de hacer no es un beneficio para nadie. Es abrir ventanas cuando nos cierran las puertas. Es pensar más allá de hoy, es pensar en que mañana no será nunca como ayer, es la obligación de reinventarse cuando nos cambian las reglas del juego, es traducir bien la palabra crisis.
Estamos en tiempos de adaptación y ya lo dijo alguien que de eso sabía: Un hombre que se permite malgastar una hora de su tiempo no ha descubierto el valor de la vida (Charles Darwin). Y va de eso, de seguir viviendo. Seguir en marcha cuando todo parece parado, seguir apretando el acelerador cuando las llamas están a nuestro alrededor. ¿Locura? Llámalo FOCO.
Cualquiera que tiene entre manos un negocio ha dicho alguna vez que le falta tiempo para hacer todo lo que el negocio le requiere. Algunos negocios no pueden continuar con las tareas habituales, pero no significa que puedan permitirse pararse.
Y ahora piensa, ¿qué estás haciendo?
Ganarán la carrera quienes vean que esta crisis es un regalo en forma de tiempo.
Tiempo para releer y reflexionar sobre los clásicos: Qué insensato es el hombre que deja transcurrir el tiempo estérilmente (Goethe). Tiempo para seguir en marcha. Quizás sin clientes, pero en marcha.
Es tiempo de ajustar las tuercas, afinar las estrategias, tomar impulso. Empieza la cuenta atrás hasta el día D, el nuevo día en que volveremos a no tener tiempo.